En nuestros corazones, día a día, sentimos el llamado de la naturaleza. Esa sensación indescriptible que nos motiva a ir a los bosques a su encuentro.
 
Te llevaremos a un sitio que es difícil describirte, pasando de mirar paisajes áridos a sorprendernos con gigantes verdes que custodian el río. Al comenzar el sendero, notarás la presencia del viento que mece suavemente las ramas de estos gigantes.
 
El ruido del río te transmitirá aún más paz, por momentos no querrás avanzar: solo quedarte ahí, y contemplar el viento... Acompañándote río arriba, iremos compartiéndote tips con los que disfrutar al máximo de este oasis.
 
Antes de llegar a nuestra meta, volveremos a ver un cambio de paisaje que nos recordará a Oaxaca; sin embargo, estamos en Puebla. Poco a poco los gigantes nos abrirán paso y arribaremos a las cascadas conocidas como El Aguacate o San Agustín Ahuehuetla.
 
Veremos dos hermosas cascadas con pozas de tonos azules turquesa, verde esmeralda, hasta perderse en un agua totalmente cristalina ¡Querrás tomarte muchas fotos! ¡Nadarás en Azul!

También te compartiremos otros rincones con pocitas menos profundas donde poder escuchar el río, el canto de las aves, recostarte en el agua, y dejarte consentir por la naturaleza...
 
Al interior de algunas montañas de Puebla yace un mineral conocido como Ónix, de tonos beige, café, naranja… Siendo sorprendente cómo los artesanos transforman esta delicada piedra en obras de arte: esculturas, fuentes, vasos, amuletos…
 
Se piensa que el Ónix es un piedra que ayuda a relajarnos, a protegernos, y en la consecución de nuestras metas… ¡Increíble!
 
¿Kekeb? ¡México en Abundancia!